Tipos de quemaduras y causas

Por qué se producen, cómo se clasifican y en qué grado afectan los distintos tipos de quemaduras. ¿Qué cobertura brinda el Seguro de Accidentes Personales ante estos incidentes?

Las quemaduras son lesiones frecuentes que pueden ocurrir en la vida diaria debido al contacto con fuentes de calor, electricidad, sustancias químicas o radiación. Desde accidentes en la cocina hasta la exposición prolongada al sol sin protección, las quemaduras pueden afectar la piel y otros tejidos corporales. En el hogar, las quemaduras por contacto con objetos calientes y el uso descuidado de aparatos eléctricos son comunes. La gravedad de estas lesiones varía según la profundidad del daño y el área afectada. ¿Qué tipos de quemaduras existen y cómo pueden evitarse? Una breve guía para su prevención.

Hay diferentes tipos de quemaduras que pueden ocurrir en cualquier momento y lugar debido a diversas causas. Algunas de las situaciones más comunes que pueden provocarlas son:

Contacto con fuego o llamas: es la causa más común de quemaduras, especialmente en niños.

Escaldaduras con líquidos calientes: agua, aceite o vapor caliente pueden causar quemaduras graves, especialmente en niños pequeños y ancianos, pero nadie está exento de sufrirlas.

Contacto con objetos calientes: planchas, hornos, ollas, radiadores o incluso el sol también pueden provocar quemaduras importantes.

Electricidad: descargas eléctricas accidentales pueden causar quemaduras internas y externas.

Sustancias químicas: otro tipo de quemaduras son aquellas provocadas por ciertos productos químicos que pueden causar graves daños en la piel.

Radiación: la exposición a la radiación solar o a fuentes de radiación artificial puede provocar quemaduras.

Clasificación de quemaduras


Las quemaduras se clasifican según la profundidad del daño en la piel:

Primer grado: afectan sólo la capa externa de la piel. Provocan enrojecimiento, dolor e hinchazón. En general, estas quemaduras sanan sin dejar cicatrices.

Segundo grado: afectan la capa externa y la capa subyacente de la piel. Causan dolor intenso, ampollas y enrojecimiento. Estas quemaduras pueden dejar cicatrices.

Tercer grado: afectan todas las capas de la piel y pueden llegar a los huesos y músculos. Provocan una piel blanca o carbonizada y generalmente no hay dolor, ya que los nervios se han dañado. Estas quemaduras siempre dejan cicatrices y pueden requerir injertos de piel.

Las quemaduras también se clasifican en menores y mayores según su extensión y gravedad:

Quemaduras menores: son aquellas que afectan menos del 10% de la superficie corporal en adultos y menos del 5% en niños. Generalmente, son de primer o segundo grado superficial.

Quemaduras mayores: afectan más del 10% de la superficie corporal en adultos y más del 5% en niños. También se consideran mayores las quemaduras de tercer grado, las quemaduras que afectan las manos, la cara, los genitales o los pies, y las quemaduras por inhalación.

Causas frecuentes de quemaduras

En la cocina: escaldaduras con agua o aceite caliente, quemaduras por contacto con ollas o hornos.


Prevención: no dejar ollas o sartenes con agua o aceite caliente al alcance de niños. Usar agarraderas para manipular objetos calientes.

En el hogar: quemaduras por fuego o llamas, quemaduras por contacto con objetos calientes como planchas o radiadores.
Prevención: mantener los fósforos y encendedores fuera del alcance de los niños. Instalar detectores de humo y monóxido de carbono.

En el trabajo: quemaduras eléctricas, quemaduras por contacto con sustancias químicas.
Prevención: seguir las normas de seguridad para el manejo de electricidad y sustancias químicas.

En el exterior: quemaduras solares, quemaduras por contacto con plantas o animales urticantes.
Prevención: usar siempre protector solar con factor de protección alto, especialmente en niños. Evitar el contacto con plantas o animales desconocidos.

En caso de cualquiera de estos tipos de quemaduras es fundamental actuar con rapidez y seguir las siguientes recomendaciones:

– Enfriar la zona afectada con agua fría durante al menos 20 minutos.
– Cubrir la quemadura con una gasa estéril.
– No reventar las ampollas.
– No aplicar cremas o ungüentos sin consultar a un médico.
– Buscar atención médica inmediata en caso de quemaduras graves.

Las quemaduras pueden ser lesiones significativas, sin embargo, con la prevención adecuada y el tratamiento oportuno, es posible evitar complicaciones y minimizar las secuelas. En situaciones graves, contar con un Seguro de Accidentes Personales puede resultar una protección invaluable. Esta póliza brinda cobertura en caso de invalidez total o parcial permanente, así como en el fallecimiento del asegurado debido a un accidente. Todos los tipos de quemaduras se consideran accidentes y pueden dar lugar a una indemnización para el titular o sus familiares, dependiendo de su gravedad.

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    Curación de quemadura

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